CALIBRAR O NO CALIBRAR... AQUÍ NO HAY DILEMA

CALIBRAR O NO CALIBRAR... AQUÍ NO HAY DILEMA

Las guitarras -y en verdad, TODOS los instrumentos de cuerdas- están “vivos”. Fabricados con maderas, metales y otros materiales, son susceptibles a las condiciones climáticas y atmosféricas. Por supuesto, las cuerdas con el tiempo perderán su brillo, se gastarán y las tendrás que cambiar. Pero incluso más allá, las fluctuaciones de temperatura o de humedad pueden afectar la anatomía de tu bajo o guitarra, causando problemas de entonación, acción, trasteos, mala octavación y otros. La solución a estos problemas es una buena calibración. 

Las guitarras y bajos están sujetos a una tensión constante ocasionada por las cuerdas. El proceso de afinar cada una supone llevarlas a una tensión que les permita vibrar en la nota indicada. Entonces, tienes de 4 a 6 cuerdas (¡y a veces hasta 12!) ejerciendo fuerzas que el mástil debe tolerar sin deformar o romperse. Si a eso le sumas cambios de temperatura y humedad, aquella madera fiel puede empezar a curvarse, lo que, si bien puede ser difícil de ver, afectará negativamente su sonido y funcionamiento. En la calibración, un luthier* calificado revisará la forma del instrumento para asegurarse de que todas las cuerdas suenen afinadas en cada uno de los espacios del diapasón (la parte del mástil sobre la que pasan las cuerdas). 

EN GENERAL…

Vale notar que éste es un proceso de mantención que involucra ajustes mecánicos menores -pero necesarios- para que el instrumento suene y funcione de manera óptima. Es algo que todo guitarrista y bajista debe hacer periódicamente. Además, es un procedimiento que varía, dependiendo de si tu instrumento es eléctrico o acústico y de otras consideraciones. Pero ¿y en qué consiste?

Básicamente, la calibración trabaja en tres áreas clave, para compensar correctamente la tensión que ejercen las cuerdas. Específicamente, el luthier observará, entre otros, el mástil, la cejuela y el puente

 

MÁSTIL

Aquel brazo que se alza desde el cuerpo del instrumento, terminando en el clavijero es el mástil, mango o cuello. En la actualidad, la mayoría de las guitarras poseen una vara de metal al interior del mástil – su “alma”. La particularidad del alma es que, además de reforzar el mango, puede ser ajustada con una llave para rectificar alguna curvatura en la madera y dejar el mástil recto

Este es un tipo de ajuste universal: el alma se puede manipular tanto en guitarras y bajos acústicos como eléctricos.

CEJUELA

Otra zona que puede requerir ajuste en instrumentos acústicos y eléctricos es la cejuela. Esta pieza -generalmente, una plaquita blanca- recibe las cuerdas en el límite entre el mástil y el clavijero. 

Hay cejuelas que pueden requerir ajuste de fábrica, pero también, con los años, ésta puede deformase y producir trasteos o perjudicar la acción de la guitarra.

PUENTE

Esta pieza es donde las cosas empiezan a variar. Las guitarras acústicas con cuerdas de metal tienen un puente diferente a las de cuerdas de nylon. Las eléctricas son más temperamentales aún; existen varios tipos diferentes, algunos más rígidos -parecidos a los de las acústicas- y otros más flotantes, para permitir el uso de la palanca de trémolo manteniendo la afinación. Sea cual sea, los puentes son diseñados de acuerdo al grosor de cada cuerda, con el objetivo de manejar óptimamente la tensión, resultando en una entonación confiable y claridad de vibración. 

CUÁNDO PENSAR EN CALIBRAR

Tres problemas comunes que tienen que ver con la calibración: trasteo, acción y octavación. Vamos por partes…

Si notas que, cuando afinas la guitarra con las cuerdas al aire, los acordes que tocas cerca del clavijero suenan afinados, pero los que tocas más arriba en el mástil (más cerca del puente) suenan desafinados, ese podría ser un problema de mala octavación. Este concepto se refiere a la octava e implica que todas las notas, en cualquier parte del mástil, deben sonar afinadas

El trasteo tiene que ver con los “trastes” de la guitarra -esas barritas de metal sobre el diapasón. Este fenómeno es un zumbido que ocurre al tocar una cuerda y que indica que ella está rozando uno de los trastes. Dicho de otra forma, digitada correctamente, todas las notas a lo largo del mango deben sonar con claridad. Si en alguna parte se produce dicho zumbido, algo anda mal

Finalmente, en un instrumento de cuerdas, la acción es la distancia entre las cuerdas y la madera del diapasón. Una acción más alta te brinda mayor sonoridad, lo que puede ser importante para instrumentos acústicos. Una acción baja facilita la digitación, especialmente si lo que buscas es rapidez, pero reduce la sonoridad (lo que en una guitarra eléctrica lo compensas con un amplificador) y puede producir trasteo.

El primer paso para resolver estas situaciones: calibración.

OTROS MOMENTOS CLAVE

En un país como el nuestro, con un amplio rango de temperaturas, Love The Beat recomienda realizar estos ajustes periódicamente, una vez al año. Por lo mismo, también es bueno calibrar un instrumento recién comprado – las diferentes condiciones por las que pasan, desde la fábrica hasta tu casa, pueden causar pequeños desajustes. 

Además, es recomendable utilizar buenas prácticas en el cuidado de tu instrumento – usar atriles y estuches dedicados, protegerlo de la humedad y evitar que sufra cambios abruptos de temperatura. Junto con ello, si vas a viajar con tu guitarra o si la vas a guardar por un tiempo extendido, es buena idea soltar la tensión de las cuerdas. Estos hábitos ayudan a mantener el mástil recto y bien alineado

Finalmente, también es bueno calibrar al cambiar el calibre o la afinación de las cuerdas. Las cuerdas más gruesas entregan mayor tensión al instrumento, lo que puede afectar su acción, producir trasteo y eventualmente deformar el mástil. De la misma forma, una afinación diferente a la estándar también ofrece variaciones en el manejo de la tensión de las cuerdas, lo que puede producir efectos similares. En particular, si tienes una guitarra eléctrica con micro-afinación, es una gran idea calibrarla específicamente para las cuerdas y la afinación que vas a usar –va a sonar increíble. 

CONCLUSIÓN

La calibración es parte esencial de la mantención de todo instrumento de cuerdas. Implica una serie de ajustes menores a partes mecánicas de tu guitarra o bajo. Este procedimiento tiene efectos enormes –es un acondicionamiento básico para que tu guitarra suene en su máxima expresión. Además, el luthier verificará que tu guitarra no esté desarrollando algún problema y te dará consejos sobre cómo mantener e incluso mejorarla. 

Así que, ante la duda, calíbrala.

 

*Las y los luthieres son constructores y reparadores de instrumentos, mezcla de artesano y técnico, que en general aman la música y su trabajo. Como los médicos o dentistas, no todos son idóneos. Por lo mismo, vale la pena buscar y apoyar a los buenos profesionales, para que nuestros instrumentos suenen a toda máquina.

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